sábado, 16 de enero de 2010

Gracias, Señor Jesús

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. (Ro. 8:28)

Llevo más de 25 años convertido al cristianismo, más de la mitad de mi vida. No lo digo por jactancia ni porque crea que el tiempo es la medida de éxito en este camino, aunque no deja de ser un dato que siempre queremos conocer cuando coincidimos con algún hermano. Lo digo para darle Gloria y honra a Dios, quien en Su infinita misericordia se acordó de mí en mi juventud y me hizo enrumbar los pasos tras Él.
En este período son muchos los procesos o pruebas por los que he pasado. Si miro atrás con los ojos carnales quizá se me ocurra decir: “No ha sido fácil”, expresión recurrente en el habla popular cubana, cargada de pesimismo. Pero no es de esa forma como he aprendido a ver la vida, pues tempranamente asimilé “que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Ro. 8:28). De este modo siento un gozo inmenso en expresar que si he llegado hasta el presente ha sido por la paciencia conque Cristo me ha tratado.
Podría relatar a continuación mi testimonio, mas no es el propósito en este preciso momento. Ya lo hice en mi libro ‘Libre entre rejas’, del cual tomé el título para este blog y del que hablaré reiteradas veces aquí. Solo pretendo exaltar el nombre del Señor, cuya muerte en la cruz del Calvario no fue en vano. Y esta no es una frase repetida sin conocer su verdadero y profundo significado. En mi propia experiencia he podido entenderlo, y la revelación que el Espíritu Santo me ha dado al respecto es uno los tesoros más auténticos que poseo.
Tengo la certeza de que si Cristo no hubiese hecho Su obra redentora en mí, no me contara entre los que pisan la tierra. Así de perdida era mi existencia antes de darle entrada en mi corazón, y así de grande y genuina la salvación que de parte suya he recibido. Una canción de la chilena Violeta Parra le da gracias a la vida por haberle dado tanto. En cambio, yo le doy gracias a Dios, el autor de la vida, por haberme dado la vida eterna, que es mucho más que tanto.

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